Desde los inicios mismos del vapuleado fideicomiso del trigo (FETA) hemos sostenido que subsidiar a los molinos en cambio de hacerlo con los destinatarios finales de esa ayuda era un grave error conceptual que gastaría inútilmente valiosos recursos del Estado sin lograr los resultados pretendidos.
Sostenemos firmemente que el FETA sólo ha causado ingentes perjuicios en la cadena comercial triguera y el pan no ha parado de subir.
En agosto pasado, la Secretaría de Comercio pareció comprender finalmente la veracidad de nuestra postura y nos aseguró, haciéndolo además público en diversos medios, que el subsidio se trasladaría a las panaderías a partir del 1° de octubre, ya que necesitaban un tiempo de adaptación para hacerlo. Esa fecha llegó, y nada ocurrió; y en el día de hoy nos encontramos con la sorpresa de una nueva resolución publicada en el Boletín Oficial, la N° 29/22 de la Secretaría de Comercio, que –sin mediar explicación alguna ni haber hecho público los motivos- publica nuevos precios de la harina subsidiada a ser vendida por los molinos participantes en el Fideicomiso.
Ninguna autoridad ha explicado ni en privado ni públicamente cuáles son los motivos por los que lo anunciado en agosto no se ha cumplido, a pesar de que el precio del pan no ha detenido la suba, influenciado por otros costos que lo componen.
Reiteramos una vez más que:
- La intervención del mercado de trigo a través del Fideicomiso ha vulnerado la competencia natural, ha creado graves distorsiones y bruscos cambios relativos, alterando también la cadena de pagos, y poniendo en riesgo el desarrollo de un sector vital que da trabajo a todo lo largo y ancho de nuestro país.
- El subsidio a la harina y a la molinería, dada su muy baja incidencia en el precio del pan, no es el camino para llegar con un precio de pan subsidiado a los sectores vulnerables que realmente lo necesitan, sino que supone un gasto que sólo dilapida recursos imprescindibles para una economía como la argentina.
En razón de ello, solicitamos una vez más a las autoridades nacionales que, en cumplimiento de lo oportunamente anunciado, reoriente los recursos del fideicomiso para que lleguen a quienes realmente los necesitan, eliminando el subsidio actual a la industria molinera mediante una herramienta distorsiva e ineficaz que dilapida recursos de un Estado necesitado, sin beneficios para nadie.
Rosario, octubre 13 de 2022